Los tiempos que vivimos son de incertidumbre. Son épocas en las que la industria editorial se ha visto afectada en muchos aspectos, y uno de ellos es en el económico por la situación que pasan las editoriales, pues la caída de la producción, el fin de los eventos como centros ordenadores y el eBook, vinieron a tomar por sorpresa a todos quienes se dedican a la industria y, a su vez, a quienes les gusta leer.
Es una realidad que el estrés en la economía será irreparable luego de la pandemia; tan sólo en Estados Unidos, se vislumbra un problema similar al de 1929, y Argentina, por su parte, acaba de pasar un problema económico en 2001.
En el caso del mercado editorial, a mayor caída de la producción, las actividades se desvanecen con el tiempo y las personas que trabajaban en el mundo alrededor de los libros, simplemente están desapareciendo y tomando nuevos caminos, tal cual sucedió con la llegada de los medios digitales que arrancaron de raíz el trabajo de miles de personas que dedicaban su vida a la imprenta.
Es un hecho: estamos frente al peor momento de la industria editorial. Por ello, muchas librerías, las que son enormes cadenas, no están teniendo dinero para pagar a los trabajadores y, por ende, existen despidos masivos. Lo peor es que no sabemos para cuándo se retornarán las actividades a su normalidad, pero una que debería darse más frecuentemente por tratarse de algo que los lectores agradecen, es la del delivery de libros, ya que con el confinamiento aún sin terminar, la industria se ve obligada a hacer muchos reacomodos en la manera en la que los libros se venían distribuyendo.
Un punto más a mejorar son los costes, y… ¿Por qué no basarnos en los que tienen las librerías de barrio? Sin duda, es un gran paso que le encantará a los lectores ocasionales o de best sellers.
Otra escala de importancia es la piratería y derechos de autor, y es que las crisis son los mejores momentos para discutir asuntos estructurales. Claro está que, si de por sí los ingresos son pocos y la industria se encuentra fragmentada, por supuesto que nos vamos al suelo. Y si bien las cosas van mal, creemos que es necesario voltear a un momento pragmático en el que el eBook podría convertirse en el rey y verdugo de las piezas literarias físicas.
Se supone que el eBook nació para que los libros de papel dejaran de existir y hacer un bien al planeta, lo cual no ha sucedido y las personas consideran que la idea romántica de un libro físico sigue siendo la mejor opción. Por lo tanto, el libro es simplemente una experiencia distinta que todos quieren conocer.
Así es como la industria del libro tiene sus desencuentros y tal parece que así será hasta el fin de la humanidad.
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